Todos somos normales: sacar a las personas de la caja de la discapacidad
En entrevista para Info Quórum, Diana habló de su experiencia con su pareja, con la maternidad y de su autoconcepto, en el que ella no se ve a sà misma como alguien con discapacidad pero, aún asÃ, no tiene problema en compartir su historia.
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por IQ Redacción
Por Aurora ValderrábanoDiana, una persona con discapacidad qué es mamá y ama de casa compartió con nosotros un poco de su historia. Existen muchos prejuicios, sobre todo hacia las personas con discapacidad intelectual, que las posicionan como gente que no puede alcanzar la independencia o relacionarse afectivamente con los demás. Pero ella ha tenido una experiencia distinta que le ha permitido profundizar en lo que quiere y en su autoconcepto.
El debate entre la educación especial y la educación regular es constante, en teorÃa, las personas con discapacidad son aceptadas en el sistema regular sin embargo, muchas veces las caracterÃsticas de este no permite el apoyo necesario de acuerdo a sus necesidades individuales. Diana, tuvo la oportunidad de experimentar ambos sistemas. "Yo creo que en la escuela regular es un poco más difÃcil porque cuando no entiendes, tú preguntas y los maestros te dicen no tengo tiempo, anota lo que puedas y te mandan hasta el rincón". En su experiencia, el aislamiento no sólo se dio en la materia académica sino, también, en el contexto social pues ella añade, recordando, que no tenÃa ni un amigo y que cuando se acercaba a alguno de sus compañeros ellos se alejaban poco a poco con alguna excusa.
Al contrario, la escuela de educación especial le permitió tener una experiencia distinta. "Te tienen mucha paciencia porque tú les puedes preguntar tres o cuatro veces y te vuelven a enseñar", además añade que en ese espacio sà pudo tener amigos "nos juntábamos todos para poder platicar y desayunar todos juntos".
En páginas de Organizaciones dedicadas a la discapacidad intelectual como Plena Inclusión y CONFE, es común encontrar información y talleres acerca de sexualidad y es que, mientras en la mayorÃa de grupos sociales se ha creado cierta apertura respecto al tema, las personas con discapacidad intelectual continúan siendo encerradas en el tabú. La historia de Diana se contrapone a estas creencias que posicionan a las personas con discapacidad como personas que no pueden responsbilizarse ni experimentar, pues ella tiene una pareja y un hijo.
"Estar casada y tener un hijo no es como un juego en el que puedas decir ya me aburrÃ, ya lo dejo".
Ella señala que su pareja, al igual que sus padres, la han apoyado para llegar a ser una persona independiente. Diana narra que ella no sabÃa andar sola en la calle pero que su pareja un dÃa la llevo al centro y le dijo "piérdete", a pesar de el miedo que ella tenÃa porque nunca habÃa andado sola, caminó varias horas, y ahora ya no se pierde. "Yo no creo que todas las parejas digan tienes discapacidad no sabes andar en la calle, ya. Se aburren y se van. Y él no, él se llevó todo el dÃa conmigo en el sol". Por lo que ella considera que el apoyo por parte de las parejas es muy importante al igual que exista paciencia dentro de la relación.
La pareja de Diana no es una persona con discapacidad, lo cual también es tema de debate en foros sobre el tema, donde hay algunas personas que piensas que las personas con discapacidad intelectual deben ser pareja de alguien con la misma condición, sin embargo ella, con base en su experiencia, tiene otra perspectiva: "Si están de acuerdo los dos puedes hacerlo, aunque las demás personas se opongan".
"Esa es tu decisión y pues, claro que sà se puede".
Usualmente Diana no menciona que es una persona con discapacidad, por lo que en esta entrevista no se menciona su nombre real, cuando le pregunto porque lo decidió asÃ; respondió que, en este momento, la razón principal es su hijo pues sabe que gracias a la educación que recibimos pueden burlarse de él por tener una mamá con discapacidad y ella quiere evitarlo. "Más adelante cuando mi hijo crezca, hablaré con él acerca de que soy una persona con discapacidad pero en realidad yo no lo soy", también añadió que en la educación hacia su hijo quiere incluir el respeto hacia las personas con discapacidad.
"Yo no quiero que me traten como a una persona con discapacidad, quiero que me traten normal porque todos somos normales".
Esta decisión también está relacionada con su autoconcepto pues ella no se concibe a sà misma con esta etiqueta ni con sus implicaciones sociales que, muchas veces, visualizan a las personas desde sus limitaciones. "Si una persona te tacha como persona con discapacidad te encierras y no luchas", al contrario ella en todo momento se esfuerza por aprender más y lo que no sabe, ahora lo está aprendiendo con su hijo.
Sin embargo, no niega del todo esta parte, pues ha compartido su experiencia en conversatorios del CONFE y con grupos de autogestores, debido a que ella considera importante que sus compañeros "sigan luchando por sus sueños y no se dejen bajar el autoestima", como en algún momento a ella le pasó. Por último, invita a todos a que conozcan a las personas antes de juzgarlas.
"No juzguemos a las personas antes de conocerlas".